EMAN BUELTA!

Eman Buelta!Presentamos el nuevo programa EMAN BUELTA! Con él pretendemos ofrecer un espacio a las y los jóvenes, un lugar desde el que expresar, crear, aprender y compartir. Un espacio en el que se hable de identidad, de sexualidad, de afectos y sobre todo de la vida. Un programa con el que promover el desarrollo de personas más allá de géneros y estereotipos. Y la mejor manera de presentar EMAN BUELTA! es compartiendo con todas y todos su sección en el Blog y a nuestra joven colaboradora Gerizeti. En su primer post nos habla de una de sus grandes pasiones, la lectura, y nos invita a reflexionar.

Mujer y literatura o el poder de las palabras

Gerizeti Zubiaurre

He venido a hablaros de lo que la literatura significa para mí. Para mí, para una adolescente de 14 años. Es difícil de explicarlo, la verdad. Para empezar, quiero que entendáis que yo leo de todo; desde libros de fantasía hasta grandes autores como Shakespeare y Oscar Wilde. Novelas históricas, historias de amor… A mi eso me da igual. Al fin y al cabo, yo veo la literatura como arte, y la gente crea arte para escapar de la realidad, para expresarse. Cualquiera puede hacer arte porque, en mi opinión, todas las personas tenemos algo artístico en nuestro interior. ¿Significa eso que todos los libros son arte? No. En absoluto.

Por lo tanto, hay que elegir qué leer. Y no me refiero al género literario de las obras, si no a lo que nos transmiten. Hay que tener mucho cuidado con las palabras, pues tienen el poder de cambiarnos, o de hacernos creer cosas que no son ciertas.

Fijémonos por un momento en la Biblia. Yo, personalmente, la considero mera ficción, pero… ¿Cuánto daño ha causado este simple libro? Hay que tener cuidado con lo que se lee… Y con quién lo lee.

Eman Buelta!Los libros son parte de mi vida, y parte de mí. Soy lo que soy, en gran medida, por los libros que he leído, y por cómo los he interpretado. Los libros nos enseñan, nos hacen fuertes e inteligentes, valientes. Pero no todos han sido escritos con esta intención.

He leído el Mein Kampft, escrito por Adolf Hitler, y esto solo me ha hecho asquearme más por todas las atrocidades que este hombre (si es que se le puede llamar así) hizo durante toda su vida. Pero este mismo libro ha causado que muchas personas se transformasen al nazismo.

Y ahora vayamos al tema central de este post. Quiero hablaros de cómo la literatura afecta a la mujer, y voy a centrarme en la literatura “moderna” o sobre la que se ha escrito hace poco. En este tipo de literatura ha habido un gran cambio en apenas una década, en lo que ha protagonistas femeninas se refiere.

En 2005, la autora estadounidense Stephenie Meyer publicó la primera entrega de la serie Crepúsculo, que imagino que todas y todos conocemos. La protagonista principal, Bella, se pasa gran parte de la historia sin poder decidirse entre dos hombres, Edward Cullen, un vampiro, y Jacob Black, un hombre lobo. Puede gustarte o no está historia, pero, bien si te gusta como si no, coincidiremos en que Bella se limita a dejar que Jacob y Edward la salven o a que se peleen por ella.

En cambio, vayamos a historias como Los Juegos del Hambre, de Suzanne Collins (2008) o Divergente, de Veronica Roth (2011). Ambas historias son narradas por personajes femeninos capaces de enfrentarse solas a cualquier cosa que les venga encima, y esto no implica que no puedan tener triángulo amoroso o que no puedan enamorarse. Simplemente, su vida no gira en torno a ello. Esto, en su momento, me alegró bastante, ya que como mujer, me identificaba mucho más con Katniss, la protagonista de los Juegos del Hambre, que con Bella.

Pero, como no, esto tenía que cambiar. En 2011, la autora E. L. James publicó el libro 50 Sombras de Grey. El problema, en lo que a mi respecta, no es que sea un libro erótico, ni que haya una especie de “sadomasoquismo”. Si te gusta el género, lo lees. Si no, no. Así de sencillo. Lo que ocurre en este libro, es que menosprecia a la mujer. Este libro lo han leído amigas mías. No nos engañemos, ¿qué han aprendido con ese libro? Que la mujer es “sumisa”, que se tiene que someter al hombre. ¿De verdad queremos eso? Os invito a reflexionar sobre ello.